Tener las orejas prominentes lleva a muchos hombres a estar inseguros con su aspecto físico. Por suerte existe una solución bien sencilla.
La otoplastia en hombres es una pequeña intervención quirúrgica que devuelve a tus orejas la forma que siempre debieron tener.
A menudo, el tejido cartilaginoso de la oreja no se forma como debería, o crece demasiado, provocando una separación de las orejas excesiva respecto a la cabeza. Son las popularmente conocidas como orejas de soplillo. De hecho, a menudo se dice de alguien que tiene las orejas grandes cuando en realidad el problema no es el tamaño, sino su colocación.
¿El culpable? Una prominencia curva del cartílago llamada antihélix que se encuentra en el interior del pabellón auditivo. Cuando no se pliega como debería, las orejas quedan más despegadas del cráneo, lo que produce una forma poco simétrica.
En otros casos no es el antihélix el responsable de las orejas prominentes, sino el tamaño de la concha de la oreja. Al crecer más de lo que debería, las orejas se separan de la cabeza.
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Otoplastia en hombres: la solución a las “orejas de soplillo” en los varones
Las prominencia o separación de las orejas también afecta a las mujeres, y un número considerable de ellas decide someterse a la otoplastia para corregir el problema.
Sin embargo, en los hombres existe un agravante: la mayor visibilidad de las orejas. Mientras las mujeres pueden disimular el problema con el peinado, el número de hombres que llevan el pelo largo es menor, y el pabellón auditivo queda visualmente más expuesto. Y muy especialmente en varones que se rapan el pelo o padecen de alopecia.
Por esa razón no es de extrañar que muchos hombres se sientan acomplejados. Además, durante la infancia los varones pueden ser objeto de burla por parte de sus compañeros, y los problemas de autoestima pueden acompañarles durante su vida adulta.
Pero ¿en qué consiste la operación? ¿Tiene riesgos? ¿Cómo es el posoperatorio?
¿Cómo es la intervención quirúrgica?
La operación de las orejas u otoplastia es muy sencilla. El cirujano suele intervenir por la parte trasera del pabellón auditivo para que la cicatriz sea prácticamente indetectable.
Una vez realizada la incisión, el cirujano moldea el cartílago para conseguir el pliegue deseado en el antihélix, o para acortar el tamaño de la concha.
La intervención es sencilla y no entraña riesgos salvo excepciones, en casos raros. Los niños pueden someterse a la otoplastia, aunque no se recomienda que se practique la operación en niños menores de 7 años, porque hasta esa edad todavía no ha finalizado el proceso de desarrollo de las orejas.
Para la mayoría de pacientes, la anestesia local será suficiente, aunque en niños pequeños suele aplicarse anestesia general.
En el posoperatorio, los adultos deben esperar 3 días para reincorporarse al trabajo o a sus actividades cotidianas, mientras que los niños pueden regresar al colegio alrededor del séptimo día.
Pero la mayoría de pacientes se encuentra perfectamente unas horas después de la intervención, salvo quizá por algún leve dolor o molestia en la zona.
En la Clínica del Dr. Arán ayudamos a hombres dispuestos a decir adiós a sus complejos con la otoplastia masculina.