Aunque es cierto que cuando pensamos en alguna intervención de cirugía estética, lo primero que se nos viene a la cabeza es el aumento de pecho, o como mucho la liposucción, lo cierto es que existen otras operaciones que se realizan con cierta frecuencia. Y una de ellas es el aumento de glúteos.
La gluteoplastia, más conocida como aumento de glúteos, es una intervención quirúrgica de cirugía plástica que está indicada para personas que presentan nalgas caídas o que tengan poco volumen, y que puede realizarse mediante la utilización de anestesia local, epidural o con anestesia general. Esta intervención quirúrgica puede verse complementada con otras como el lifting de glúteos, que es el estiramiento de la piel de las nalgas cuando éstas presentan flacidez en la piel.
Técnicas para el aumento de glúteos
Existen diversas técnicas para poder realizar este aumento de glúteos. Una de esas técnicas es la de colocar prótesis de silicona, en pacientes que no tengan zonas de grasa de donde poder coger esta grasa para implantarla en el glúteo. Para colocar estas prótesis de silicona es necesario realizar una incisión de unos 5 cm en la parte superior del surco existente entre las dos nalgas, un lugar idóneo para que la cicatriz resultante quede oculta.
Esta prótesis, que contiene un gel más denso que las prótesis de mama, será colocada a nivel intramuscular, con una forma adaptada al glúteo. Esta cirugía no presenta demasiados riesgos, que suelen ser similares a los del aumento de pecho.
Pero las prótesis de silicona no son la única forma que tenemos de aumentar los glúteos, algo que también se puede realizar mediante la implantación de grasa procedente de otra parte del cuerpo del paciente, para colocarla en los glúteos.
De esta forma, se deberá hacer una liposucción en las zonas con exceso de grasa, que puede ser la zona de la cintura, las caderas o el abdomen, grasa que se implantará en las nalgas después de un proceso de filtrado y de purificación.
Con ambos procedimientos, lo que se busca es llegar a conseguir unas nalgas redondas y firmes, que es la forma considerada estándar para tener unas nalgas perfectas.